Contracepción
quirúrgica, ley que permite daño físico
Por Pbro. Ricardo
Pobrete
Otra vez en la provincia se ha abierto
el debate sobre el proyecto de ley de
"Contracepción quirúrgica", que permitiría en los hospitales públicos
practicar tanto la ligadura tubaria como la vasectomía. Todo debate es positivo
ya que a través del intercambio de ideas y sus fundamentos, se busca la verdad y
el bien común.
Inspirados en esta convicción queremos
ofrecer nuestro punto de vista basado en una concepción realista de la persona
humana.
El punto de discusión no está en la
esterilización terapéutica, ya que en la lógica del ejercicio de la medicina se
puede intervenir sin cuestionamientos ni éticos ni legales. El problema es que
se pretende aplicar esta práctica quirúrgica sin que se verifiquen 'indicaciones
médicas' que la justifiquen.
En toda práctica quirúrgica, lo primero
que se tiene que tener en cuenta es la integridad física de la persona sobre la
cual se va a intervenir. Sólo si en la misma se verifica que cualquier órgano
pone en riesgo la totalidad de su organismo, es lícito extirparlo o hacer cesar
su funcionamiento.
Es por esta razón que una ley que
autorice una ligadura tubaria o vasectomía, es una ley que está avalando un acto
médico que procura un daño físico sin una causa justificada. Así, la medicina,
la ciencia y arte del curar se transformaría en la que provoca un daño físico.
¡Toda una contradicción!
En estos días se escuchan argumentos que
al menos nos parecen discutibles.
Algunos dicen que es necesaria esta ley
porque la misma evitaría abortos ante embarazos no deseados. La lógica es falaz,
porque siguiéndola se podría argumentar que deberíamos mutilar a los
delincuentes para garantizar la seguridad del resto de los
ciudadanos.
Otros sostienen que es necesario
'blanquear' la situación, ya que se realiza en forma privada. Ahora bien, el que
de hecho se lo haga clandestinamente no justifica que el Estado lo autorice en
los hospitales públicos. Siguiendo igual lógica se tendría que promulgar una ley
que permitiese, sobre todos a los sectores menos pudientes, la corrupción o el
robo, porque de hecho también se realizan. Y, lo más grave es que no se
soluciona el problema de fondo.
También se afirma que la 'realidad' se
impone, y uno no puede desconocerla.
Es cierto, pero si nos rigiéramos por
este criterio también es una 'realidad', el negociado, el soborno, el tráfico de
drogas, el tráfico de personas, la superficialidad, etc., y no por constatar
estos lamentables hechos tenemos que pensar leyes para que el Estado los
avale.
Reconocemos que la solución propuesta
por la ligadura tubaria o vasectomía resulta atrayente y eficaz porque resulta
muy pragmática y rápida. Sin embargo, no podemos dejar de advertir que
soluciones pragmáticas en muchas ocasiones resultan perjudiciales a largo plazo
para la misma persona humana.
Hay un camino, muy difícil y lento de
recorrer y en el que aún no se han dado los pasos necesarios: ¡la educación de
la persona humana, en un sentido integral! Sólo así las personas podrán vivir
plenamente integrando todos los valores inherentes a su
sexualidad.
Publicado en: Diario Los Andes,
Mendoza 26 de mayo de 2005